LA MUJER SIN CABEZA

Esta es una historia que sucedió en el siglo XVII, y fue escalofriante, ya que fue relatado por un fantasma.

El lugar donde se desarrolló el final de esta historia verídica es una isla subtropical, cubierta de vegetación colorida y exótica,  hermosa para la vista de cualquier mortal.

Pero para una joven y desafiante doncella que hace muchos años miraba el o9céano desde el quicio de una choza, no era sino el infierno mismo.  Y al paso del tiempo que llevaba en aquel lugar,  ¿Cuántos días, cuantas noches? Eran treinta tantos días menos días más, no se supo.

Cierto día la joven  huyo de la cabañita sobre la playa, buscando esconderse en el interior de la isla, pero hombres mal encaras y de manos rudas la habían perseguido, atrapada, y llevada de vuelta a su prisión, arrastrándola pero sin lastimarla.

Si hubiera sido por ellos le hubieran propinado una gran golpiza, y quizás habrían abusado de ella, pero José Gaspar, quien la había secuestrado, había dado órdenes estrictas de que  o echaran a perder su belleza.

Por eso si la maltratarán o le pegaran, o atentaran contra su virginidad, para ellos era una sentencia de muerte.  Ya que la bella doncella, era propiedad de Don Gaspar.

Esta historia comenzó en el puerto de la Habana, donde cierto día Josefina andaba de compras cerca de los muelles, y fue vista por Gaspar, uno de los más temibles y sanguinarios piratas de esa época.

Ella era hermosa, a la vez inocente y sensual y para el pirata, resulto irresistible. Al verla el deseo que sintió por ella fue abrumador y simplemente momentos después de haberla visto, ordenó a dos de sus esbirros que la secuestraran.

Esa misma noche, el barco pirata zarpó hacía otros horizontes, pero dentro de él, iba Josefina, encerrada en una de las cabinas que había bajo cubierta.

Allí permaneció la joven, aterrada, hasta que los piratas llegaron a la Isla de las Cautivas, esa isla era muy frecuentada por piratas, porque ahí intercambiaban botines,  guardaban a esclavos o prisioneros por los que pedían rescate, y ahí mismo guardaban a las mujeres que eran su preferidas.

El pirata Gaspar, pensó que con los días que había pasado Josefina encerrada, iba ablandar su carácter y ella misma le iba a pedir que fuera su amante, así mismo había sido con otras mujeres que el mismo había secuestrado.Pero Josefina resulto estar igual o peor de desafiante y rebelde como cuando la secuestraron. Ya que cuando Gaspar se acercaba a élla, comenzaba a maldecirlo y a patearlo.  Como Gaspar ya había doblegado a su voluntad a otras mujeres, se rió de la bella Josefina, y finalmente la mando a la pequeña isla deshabitada, con una pequeña escolta de malandrines, eso lo hizo para que la bella joven recapacitara y reconociera que no le quedaba otra que doblegarse a sus caprichos

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