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Nació en Jiquilpan, el 21 de mayo de 1895, en el seno de una familia criolla, con mezcla de mulato y muy poco de indígena, su infancia fue exactamente igual a la de millones de muchachos de la clase media popular, estudió hasta el sexto año de primaria e inicia su vida de trabajo como mozo en la oficina recaudadora de impuestos de su pueblo, pero un día lo dejo ya que con o sin razón lo acusaron de haber robado dinero, después fue aprendiz de un pequeño taller de imprenta, y era tan avispado que en poco tiempo- cuando el “MAISTRO” se quedo manco, formo una cooperativa con sus compañeros y quedó al frente del negocio, durante este tiempo se desarrollo el episodio Maderista sin que él se viera afectado, el movimiento Armas repercutió en Jiquilpan, en junio de 1913, el capitán revolucionario llamado Pedro Lemus, tomo el pueblo y contrato a Cárdenas para que imprimiera cinco mil hojas de un manifiesto, días después los Huertistas recuperaron Jiquilpan, y Cárdenas por haber aceptado imprimir dicho manifiesto de lemas, se giraron ordenes de aprensión en su contra, y para librarse de la cárcel se incorporo a “La Bola”, y así inició su carrera militar revolucionaria, jefaturada por el general ex zapatista Guillermo García Aragón. Por su buena letra le dieron el grado de capitán y el cargo de secretario del Jefe, tenía 18 años de edad.   Luego se incorporo a las fuerzas de un general llamado Martín Castrejon,  a la caída de Huerta, los revolucionarios se trasladaron a la capital, Cárdenas llego a México el 15 de junio de 1914, lo enviaron a Sonora, bajo las órdenes del General neutralista Juan G. Cabral, quien tenía la misión de restablecer el orden alterado por la pugna ente el gobernador Villista José Ma. Maytorena y el coronel carrancista Plutarco Elías Calles, Maytorena dominaba en Sonora y tenia sitiado a Calles en Agua Prieta, Cárdena recibió órdenes de atacar a Calles, pero en lugar de hacerlo se paso al Carrancismo.

Según Fernando Benítez, el biógrafo semioficial de Cárdenas, se sentía constitucionalista, reconocía como jefe a Carranza y sentía que era su deber unirse a Calles, después de ese episodio Calles comenzó a destacar en la política nacional y Cárdenas obtuvo algunos ascensos modestos, en mayo de 1920, ya era coronel y comandante militar de la Huasteca Veracruzana, con base en Papantla, Cárdenas se sumo al cuartelazo, ignorando el importante papel que le tocaría desempeñar, el 25 del mismo mayo, entre Comatalco y Coyutla, celebro una conferencia con el general Rodolfo Herrero, quien dos días antes había hecho asesinar a Carranza, Herrero huyo a la huasteca para alejarse de Puebla, el problema planteada con la aparición de Herrero , era demasiado importante para Cárdenas se fue para Papantla y desde ese lugar celebro una conferencia telegráfica con Calles, y así Cárdenas recibió órdenes de conducir a Herrero a la ciudad de México, sin precipitarse, tomando las cosas con mucha calma, ya en la capital, Cárdenas entregó a Herrero en la oficina de Calles, Obregón quedo tan satisfecho con el servicio, que ascendió a Cárdenas a general y lo nombró comandante militar y gobernador provisional de Michoacán, Cárdenas tenía 25 años.

Después Cárdenas fue impecablemente fiel a sus jefes de Agua Prieta, en 1925 participó en el aplastamiento de los de la Huertistas, en 1928 apoyó la reelección  de Obregón y se mantuvo leal al régimen mientras se asesinaba los generales Gómez y Serrano, en 1929 desempeño un papel relevante en el aplastamiento de la rebelión Escobaristas.  Con tales antecedentes, Calles no considero sensato dudar de la sumisión de Cárdenas, igual opinión guardaba la mayor parte de la gente, después que el .P.N.R., designo candidato presidencial a Cárdenas.

Cuando protesto como presidente de la República, la clase política supuso que sería otro títere e Calles.  Llegó a la antesala del poder como su protegido.  Desde los años de la revolución el jefe máximo le había tomado afecto y en ocasiones le llamaba “EL CHAMACO”.

Era Cárdenas disciplinado metódico y reflexivo, nunca se quejó, trabajaba con presteza y en las situaciones más graves, siempre se comportó de manera institucional. Aprendió los secretos de la lid política gobernando Michoacán, recorriendo los campos petroleros como jefe militar, acercándose a la gente.

Esas cualidades le merecieron la bendición de Calles para alcanzar  el poder, y cuando parecía que el jefe máximo continuaría ejerciendo el poder tras la silla presidencial, el chamaco dejó de serlo para convertirse en el estadista LAZARO CARDENAS.

Comenzó su sexenio sin el poder en sus manos.  Pero con su aguda observación de la realidad nacional, en poco tiempo el alumno superó al maestro.  Cárdenas alentó la organización de sindicatos, la unidad y movilización obrera y las huelgas  Su prioridad era una: consolidar su poder apoyándose en las clases populares para enfrentar al jefe máximo.  Demoró un par de años y finalmente en 1936 se deshizo de Calles enviándolo al exilio.

El reparto agrario no tuvo límites.  Los grandes latifundios y las viejas haciendas que sobrevivieron a la revolución fueron otorgados en forma de ejidos, a decenas de miles de campesinos.  Y aunque luego el ejido demostró ser un fracaso y un terrible instrumento de control social, nadie cuestionó la buena fe y el espíritu justiciero del presidente.

Cárdenas dotó al sistema político mexicano con una serie de pilares ideológicos que luego se convirtieron en paradigmas del México moderno.  El más importante fue el llamado nacionalismo revolucionario, vinculado en todos sentidos a la defensa de la soberanía nacional frente a la amenaza constante del exterior, particularmente de Estados Unidos. El nacionalismo revolucionario se materializó en uno de los acontecimientos más significativos del siglo XX, la expropiación petrolera.

En un mundo que parecía derrumbarse en vísperas de la segunda guerra mundial, México decidió abrir sus puertas a los refugiados  y perseguidos políticos de distintas regiones del orbe como LEON TROTSKKY.  Con la derrota definitiva de la república española en 1939, 20 mil exiliados encontraron seguro en México.

Pero la gran obra de Cárdenas fue crear la estructura funcional del sistema político mexicano, que permitiría al partido oficial mantener el poder el resto del siglo XX.  Más allá de la solidaridad presidencial con las clases populares, el apoyo a la organización de obreros y campesinos impulsada durante los primeros años de su gobierno, tenía un claro objetivo: el control.

Para ello fue necesario reestructurar el partido oficial.  La transformación fue profunda y significo el afianciamiento de la  familia revolucionaria en el poder.  Se organizo el partido en cuatro sectores: obrero, campesino, burocracia y sector militar.  Comenzó así la era del corporativismo mexicano, bajo el cual los trabajadores del gobierno y quienes pertenecían a sindicatos, organizaciones campesinas y el ejército se hallaban afiliados obligatoriamente al partido oficial.  Por si fuera poco, para borrar todo recuerdo de Calles, en marzo de 1938, el partido cambio de nombre y fue rebautizado PARTIDO DE LA REVOLUCION MEXICANA.

Cárdenas dejó la presidencia en 1940, y se convirtió en la figura moral de la revolución mexicana, hasta el día de su muerte que fue el 19 de octubre de 1970.

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