Escrito 12
¨ Hola, dame tu mano, siente tu propia energía, sientete realmente a ti, y háblame. ¨
Así fueron las palabras de Yeshua aquel hombre que por un impacto de metal, al borde de la muerte estaba, en medio de la calle.
¨ Hola, dame tu mano, siente tu propia energía, sientete realmente a ti, y háblame. ¨
Así fueron las palabras de Yeshua aquel hombre que por un impacto de metal, al borde de la muerte estaba, en medio de la calle.
El hombre tirado dijo:
¨ No puedo. ¨
Y Yeshua le dijo:
¨ Si tú quieres y crees en mi podrás. ¨
El hombre aquel levantó y aunque nadie de los presentes vio a Yeshua, el hombre, caminó y se marchó.
Dichosos los que entiendan.
¨ Me escuchas. ¨
Palabras sencillas que le decía Yeshua a aquella mujer sorda.
La mujer moviendo su cabeza y hablando dijo no.
Yeshua escribiendo con las manos y le dijo:
¨ No me escuches con tus oídos, escúchame con tu corazón. ¨
La mujer de repente gritó:
¨ Escucho, escucho. ¨
Dichosos los que entiendan.
¨ Dime como soy hijo. ¨
Así decía Yeshua, a aquel niño que no veía desde que nació.
El niño con tristeza narró:
¨ No veo señor, soy ciego, no burles.¨
Yeshua le contestó sonriendo:
¨ Veme como quieras que sea, imagíname como quieras.¨
El niño se quedó sin movimiento un segundo y gritó:
¨ He visto a Dios, he visto a Dios. ¨
Dichosos los que entiendan.
¨ Dime lo que escuchas de mí. ¨
Palabras que Iesus decía, a aquel hombre mayor, el cual mudo era.
El hombre escribiendo y moviendo sus manos le dijo que no podía hablar.
Iesus lo miró, y sonriendo dijo:
¨ Imagina que hablas conmigo. ¨
El hombre comenzó a mover los labios y después de un minuto gritó:
¨ Me estoy escuchando, estoy escuchando. ¨
Dichosos los que entiendan.
¨ Quiero que vengas caminando a mí. ¨
Así decía el Ángel Supremo a aquella mujer que no podía caminar.
La mujer le dijo:
¨ Soy inválida y solo me caeré. ¨
Yeshua dijo:
¨ No importa, si caes yo levanto, pero quiero que vengas a mi. ¨
La mujer contemos le volvió a decir:
¨ Ya no sé como caminar. ¨
Yeshua le dijo:
¨ Si sabes, lo has visto, lo has hecho en tus sueños y ahora quiero que vengas a mí. ¨
La mujer levantó lentamente, y con pasos lentos llegó a una imagen pequeña de Jesús.
Dichosos los que entiendan.