EL FANTASMA DE LA BASÍLICA DE GUADALUPE
Esta historia se remonta a muchos años atrás, es la historia de una mujer la cual era muy celosa, a su pobre esposo día tras día lo celaba por cualquier cosa.
Su esposo le decía que no tenía motivos de celarlo, ya que el la amaba como el primer día en que la vio. El hombre se desvivía por tenerla contenta, pero para la mujer no había consuelo ya que sus celos eran más grandes que la demostración de amor que su esposo le daba día tras día.
Si el hombre le llevaba un ramo de flores, era por que según ella quería callar algún desliz, y su cara se trasformaba y gritándole tiraba las flores delante de él.
Si el pobre hombre no llegaba con algo para ella, le decía que ya no la amaba, que ya se estaba olvidando de ella. En fin que el pobre hombre no sabía cómo tener contenta a su mujer.
La mujer era conocida por ser muy celosa, y no falto quien le dijera que efectivamente su esposo tenía otra mujer y que además tenía hijos con ella, algo que ella no le había podido dar a su esposo, pero también le dijeron que había una mujer que era bruja y que podía ayudarla para que su esposo no la dejara.
La mujer al oír eso, pregunto por el nombre y dirección de la mujer que le iba hacer el trabajo de que su esposo abandonara a la otra mujer y no a ella.
Lo que le dijeron a la mujer celosa era mentira, ya que su esposo realmente seguía enamorado de ella, y no era verdad que él tuviera otra familia. Pero la mujer llena de celos asistió a ver a la bruja.
La bruja, que no era mala, escucho los lamentos de la mujer, que le decía pidiéndole que por favor hiciera que su esposo no la abandonara, que ella no había podido tener hijos y por tal razón celaba a su esposo, pero que apenas se había enterado que el tenia una familia con otra mujer y eso la estaba matando. La mujer estaba llena de odio por la supuesta mujer que tenía su esposo que llego a decirle a la bruja, que estaba dispuesta a vender su alma al diablo, con tal que su marido no la dejara.
La bruja al escuchar eso, su cuerpo se estremeció y le dijo:
Mira mujer, no digas eso, ya que el maligno se encuentra en todos lados y busca cualquier momento para entrar y aprovechar los malos sentimientos que salen de las personas y tú te encuentras en esos momentos, pide perdón y no repitas lo que acabas de decir.
La mujer se soltó a llorar, pidiendo perdón. Entonces la bruja empezó a decirle:
Mira mujer, tus celos te tienen ciega, y no vez el amor de tu marido que tiene por ti, es mentira que tenga otra familia, no te has fijado que él se desvive por agradarte, pero si tú sigues con ese carácter tan feo, y no reconoces tus faltas hacía él, no te extrañe que a futuro pueda pasar lo que tú ahora crees. Ve a tu casa y espera a tu esposo y recíbelo con amor y con atenciones, como en las tiene contigo.
La mujer iba caminando con dirección a la Basílica, quería ver a la virgen y pedir perdón por su comportamiento, compro una gran vela, la cual llevaba en sus manos para ofrecerla a la virgen y pedir perdón, pero su mala fortuna se lo impidió, ya que un carruaje paso tan veloz, que la atropello y murió instantáneamente.
A partir de ese día, se vio a una mujer con una vela encendida entrar a la iglesia, esta aparición se sigue viendo hasta nuestros días, ya que muchos feligreses la han visto entrar atravesando los muros de la Basílica, a muchos no les da miedo, porque saben que es un alma en pena que sigue vagando y pidiendo perdón.
La mujer sigue pidiendo perdón a Dios por su más comportamiento, y por sus celos infundados…