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Panorama general

El cáncer es una de las principales causas de mortalidad en la infancia y la adolescencia. La probabilidad de que un niño sobreviva a un diagnóstico de cáncer depende del país en el que viva: en los países de ingreso alto, más del 80 % de los niños afectados de cáncer se curan, pero en muchos países de ingreso bajo o mediano se curan menos del 30 % (2).

Aunque por lo general el cáncer infantil no puede prevenirse ni detectarse por cribado, la mayoría de los cánceres infantiles pueden curarse con medicamentos genéricos u otros tipos de tratamiento, como cirugía y radioterapia.

Las menores tasas de supervivencia en los países de ingresos bajos o medianos pueden explicarse por un diagnóstico tardío, la incapacidad para efectuar un diagnóstico preciso, la falta de acceso a tratamientos, el abandono del tratamiento, la muerte por toxicidad (efectos secundarios de la medicación) y recidivas evitables. La mejora del acceso a la atención oncológica infantil, en particular a tecnologías y medicamentos esenciales, es sumamente costoeficaz, viable y puede mejorar las tasas de supervivencia en todos los entornos, independientemente del nivel de ingreso.


Causas

El cáncer afecta a personas de todas las edades y puede surgir en cualquier parte del cuerpo. Empieza con un cambio genético en una sola célula, que luego prolifera hasta dar lugar a una masa (o tumor), invade otras partes del organismo y, en ausencia de tratamiento, va causando daños hasta provocar la muerte. A diferencia de lo que ocurre con el cáncer en los adultos, se desconocen las causas de la mayoría de los casos de cáncer infantil. Se han realizado muchos estudios para tratar de determinarlas, pero a esas edades hay muy pocos cánceres causados por factores ambientales o ligados al modo de vida. Las medidas de prevención del cáncer en los niños deben centrarse en los comportamientos que impedirán que más adelante, cuando sean adultos, sufran cánceres prevenibles.

Algunas infecciones crónicas, como las debidas al VIH, el virus de Epstein-Barr o al parásito del paludismo, constituyen factores de riesgo de cáncer infantil. Estos factores tienen especial relevancia en los países de ingreso bajo o mediano. Hay otras infecciones que pueden elevar la probabilidad de que los niños padezcan cáncer en la edad adulta, por lo que es importante vacunarlos (contra la hepatitis B para prevenir el cáncer hepático y contra el virus del papiloma humano para prevenir el cáncer cervicouterino) y aplicar otras medidas como la detección precoz o el tratamiento de infecciones crónicas que pueden desembocar en cáncer.

Según se desprende de los datos actuales, alrededor de un 10 % de los niños que padecen cáncer tienen una predisposición de carácter genético (3). Es necesario investigar más a fondo para conocer los factores que influyen en la aparición de cáncer en los niños.


Datos y cifras

Se calcula que cada año padecen cáncer unos 400 000 niños y adolescentes de entre 0 y 19 años (1).

Los tipos de cáncer infantil más comunes son las leucemias, los tumores cerebrales, los linfomas y tumores sólidos como el neuroblastoma y los tumores de Wilms.

En los países de ingreso alto, donde en general hay acceso a servicios de atención integral, más del 80 % de los niños afectados de cáncer se curan. En cambio, en los países de ingreso bajo o mediano se curan menos del 30 % (2).

En los países de ingreso bajo o mediano, las muertes evitables por cáncer infantil obedecen a la falta de diagnóstico, diagnósticos incorrectos o tardíos, las dificultades para acceder a la atención de salud, el abandono del tratamiento, a la muerte por toxicidad o a recidivas (2).

Solo un 29 % de los países de ingreso bajo declara que su población tiene generalmente a su disposición medicamentos contra el cáncer, frente a un 96 % de los países de ingreso alto.

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