I 

Hiere el silencio en la búsqueda de lo perdido.Hiere todo ese  tiempo que se tarda en encontrarse.Hiere la conciencia de los que su soberbia les arrastra,  pues les hace pagar desplantes e ironías. Hiere la noche con sus sombras, con sus fríos, con su tedio y su nostalgia. Hiere el amor… la soledad… el cansancio de los años acumulados; bien digeridos por el espíritu y mal digeridos por el cuerpo. Hiere el vocablo mal pronunciado y peor escrito pues taladra la conciencia y la inconciencia hasta hacerlas unirse en descontento. Todo hiere… algunas veces.Las más las menos.



                           II

Harto de heridas, de llanto, de gritos, de ecos que sólo existen cuando es de reproches y quejas. Para qué hablar con enfado, que es cuando se hiere, el tono de voz tiende  a elevarse dando paso a la respuesta mal habida, convirtiendo en grito y desaforo el diálogo, y es justo el momento de apaciguar las aguas.  Que el caos no llegue. Porque el cataclismo verbal llegara a la cima. Entonces Reyes y Reinas caerán al vacío de la ignominia para verse como enemigos comunes…¿Por qué todos hieren?… algunas veces… pues porque todos hieren algunas veces. 

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