AFIRMA CNDH QUE LAS UNIVERSIDADES PÚBLICAS NO DEBEN SER BOTÍN DE NADIE Y RESPONDER A INTERESES AJENOS
Ha llegado la hora de que la violencia y la impunidad den paso a la aplicación de la ley, a la justicia, a la convivencia pacífica, a la inclusión y a la solidaridad. Requerimos un compromiso general por la vigencia de la ley y los derechos humanos, que nos consolide hacia el interior y nos fortalezca en el exterior, compromiso y consolidación que pasan, necesariamente, por el reconocimiento, vigencia y respeto de la autonomía universitaria.
Así lo manifestó el Ombudsperson nacional, Luis Raúl González Pérez, quien desde el año 2009 en un texto en coautoría con el Dr. Enrique Guadarrama, indicó que las universidades públicas e instituciones de educación superior no pueden ni deben ser botín de intereses ajenos a los fines para los que fueron creadas, y demandó defenderlas y fortalecer su autonomía. La autoridad que vulnera la autonomía universitaria, directa o indirectamente, incurre en una violación a los derechos humanos, pues afecta el derecho a la educación y la formación de nuestra juventud, así como el derecho a la cultura y, en general, a la difusión del conocimiento de la sociedad en su conjunto.
Explicó que, con independencia de tiempo o coyunturas políticas, la universidad debe conservar en todo momento su capacidad de ser un entorno donde la reflexión y el entendimiento sean posibles mediante la pluralidad, la tolerancia y el respeto a las personas y a las ideas, para lo cual el reconocimiento y respeto de su autonomía es de primordial relevancia por ser cimientos de la actividad universitaria y la mejor garantía de que ésta se podrá llevar a cabo en los términos debidos y que le son pertinentes.
Tras señalar que la autonomía universitaria es libertad, pero también lleva implícita una enorme responsabilidad y compromiso, Gonzalez Pérez expresó que se requiere un compromiso real y efectivo para terminar con la violencia e impunidad para dar paso a la vigencia de la ley, los derechos humanos, la justicia, la convivencia pacífica, inclusión y solidaridad, y apuntó que ello incluye la vigencia y respeto de la autonomía universitaria que recientemente se ha visto cuestionada en los estados de México y Baja California Sur.
En este sentido, aseveró que el contrapeso más acabado del desarrollo democrático en México es la asunción de los derechos humanos, por lo que hizo un llamado a cuidar las Comisiones de Derechos Humanos y no permitir que se materialice ningún intento de “achicarlas”, restringirlas o centralizarlas porque, afirmó, perderíamos mucho. Al respecto, agregó que la mejor forma de honrar el trabajo de dichas instituciones es acatar sus recomendaciones y crear mecanismos de seguimiento que garanticen su cumplimiento total.