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No es cuestión de poner a unos contra otros en un caso donde hubo homicidios y existen víctimas inocentes, el “estás conmigo o en mi contra” no funciona, las palabras del Padre Solalinde son desafortunadas, de acusar de traidores a sus familiares y dañan aún más a las víctimas de tan atroz multihomicidio.

No pueden cuestionar a sus familiares por solicitar ayuda, a donde lo escuchen, una víctima no piensa en política, no piensa en conveniencias, pide a gritos ayuda, y si no es en México lo pedirá en el extranjero.

No es el primer caso que sucede, recordemos a Lidia Cacho, al sentirse vulnerada en los derechos y olvidada por las autoridades nacionales, acudió a instancias internacionales para que se emitieran las recomendaciones desde el extranjero y nadie la acusó de traidora a la patria, por el contrario, le aplaudieron la decisión de buscar el respaldo que en México no encontró.

La postura de mucha gente ha cambiado con el cambio de gobierno, lo que antes era corrupto ahora es válido, las personas que antes eran la mafia del poder ahora son los grandes amigos del gobierno.

Las conveniencias vuelven a ser cínicas, desmedidas, solo cambian de posición y de playera, pero la realidad es que los delitos de antes se siguen cometiendo, los homicidios van en aumento, la economía continua a la baja y las necesidades siguen siendo las mismas.

El cambio de status en los cárteles no hace la diferencia, si no se combate el suministro de las armas, todas provenientes de Estados Unidos, el consumo de drogas no se combate en Estados Unidos por lo que la demanda sigue en apogeo.

Por lo tanto, la polarización del caso Lebarón, no puede ni debe existir, no es más mexicano el que lo apoya que el que no, ni se vuelve más estadounidense, no se puede hablar de traidores ni de malas acciones, solo demuestra la falta de credibilidad en las instituciones, hecho que vienen sucediendo desde años atrás pero que no cambió nada con este gobierno.

Es el momento de abrir los ojos y ver con toda sinceridad los problemas que existen, no si son de antaño o nuevos, nos sobre quien es culpable, sino que se deben atacar de raíz o la delincuencia nos va a acabar a nosotros.

Acciones reales, duras, si son necesarias, pero que vuelva a regresar la confianza de que se pueden resolver las cosas con legalidad y sin impunidad en México, para que no estemos solicitando ayuda del exterior.

En casi un año ya se demostró que la política pacifista, los abrazos y las frases coloquiales no sirven, es necesario una política diferente con acciones reales, contundentes, que sirvan no solo de ejemplo, sino que den la estructura de un país que pide a gritos seguridad con legalidad en todos los puntos y acciones para enfrentar a los grupos de la delincuencia, los cuales han demostrado estar más organizados, más armados y con mayor frialdad que antes.

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