LA MANO PELUDA
Esta horrible historia, tuvo origen por el año de 1775, y fue de gran resonancia e importancia en nuestro país, y por eso es que no se puede olvidar hasta nuestros días, ya que hasta la actualidad se escucha de ella de una manera u otra.
Se cuenta que por esos años, se fundaron las instituciones de los Montes de Piedad, dicha instituciones era para poder ayudar a los hombres que tenían que deshacerse de sus cosas valiosas para poder subsistir.
De esa manera en Puebla por los años de 1890 se creó otro Monte de Piedad, y así como este se crearon varios más dentro del país. Lo triste fue que en lugar de ayudar a las personas, se imponían altos intereses, los cuales para la mayoría eran imposibles de cubrir, y por tal razón sus valiosas pertenencias se quedaban en dichas instituciones.
Los fundadores de estos negocios recibieron el nombre de Montepíos, y esto fue en la época de Don Porfirio Díaz, y como en esa época crecieron dichos negocios, se pusieron inspectores para que no se estuvieran aprovechando de las personas que por alguna razón llegaban a esos negocios. Pero como en todas las épocas, no faltaron los vivales inspectores que aprovechaban su autoridad y eran los que salían beneficiados al otorgar documentos ilegales para abrir este tipo de establecimientos.
Se contó que por ese tiempo, existió un hombre el cual era uno de los más ricos de la ciudad de Puebla, era un hombre nada agraciado, ya que contaba con una cantidad exagerada de pelo, tanto en su cabeza como en su cuerpo, era tal su pelambre que le llegaron a ponerle el sobrenombre de “El Mono”.
Este feo hombre, no era nada apreciado por la gente que lo rodeaba, ya que
aparte de peludo era muy vanidoso, se cuenta que cuando el salía a la calle
ostentaba su dinero, llevando sus manos cubiertas de costosos anillos de oro y
hasta cadenas de oro y de piedras preciosas.
Este hombre estaba casado también con una mujer poco agraciada, la cual hablaba gangosa y por lo mismo le decían la “gangosa y el mono.”
Este peculiar hombre insoportable murió joven y fue cuando se empezó hablar de la leyenda de la mano peluda.
Se conto que a partir de la muerte del mono, en el cementerio de San Francisco, al llegar la media noche, de una de las tumbas salía una mano, la cual recorría las calles y empezaron a contar que por desgracia el hombre que se le atravesaba en su camino a la mano, la horripilante extremidad se le trepaba por el cuello y empezaba a ahorcar al pobre individuo que por desgracia se topaba con ella, hasta dejarlo sin vida.
Se llego a saber que un personaje muy conocido en la ciudad, trato de averigua la verdad sobre la mano asesina, dicho hombre era un personaje poco agraciado ya que se caracterizaba por tener unos dientes saltones y grandes, y más bien parecía que tenía cara de caballo, pero era una persona muy apreciada ya que verdaderamente era muy generoso y lo poco o mucho que él tenía lo daba de buen corazón sobre todo si era para obras de beneficencia.
Pues bien dicho personaje estaba muy interesado en saber de dónde provenía esa mano peluda y asesina y se dedico a espiar en el Panteón de San Francisco, y así saber a quién pertenecía.
El panteonero según le conto una historia la cual no se le hizo real y pudo con el paso de los días saber que dicha mano peluda, perteneció a un hombre muy rico, el cual se vengaba de sus enemigos persiguiéndolos y asustándolos por las noches, para después asesinarlos.
Dicho personaje después de sus investigaciones realizadas, solo le faltaba saber a quien perteneció esa horrible mano peluda, la cual salía del cementerio para vengar las ofensas recibidas. Así que decidió quedarse una noche en el panteón para ver de dónde salía, pero no logro ver nada y regreso a su casa, pero al dar la media noche, empezó a oír unos ruidos extraños en la ventana de su casa, el hombre pensó que era tal vez algún animalejo que quería entrar, y decidió espantarlo pero al abrir la ventana, lo que vio fue la espeluznante era la mano peluda, la cual se arrojo a su cuello y al tiempo que le decía. ¡Vas a Morir! Pero nuestro personaje fue muy hábil y logro esquivar a la mano peluda y le dijo. ¡No puedes hacerme daño, ya que soy un buen hombre!
Cuando termino de pronunciar esas palabras, la mano peluda lo soltó del cuello, pero esa extremidad horripilante no conforme y sabiendo que no podía hacerle daño por lo que le había dicho de un solo golpe arranco los ojos del pobre hombre, para que no pudiera volver a verlo.
A partir de esa horrible noche, este pobre hombre que quedo ciego y sabiendo que ya no podría seguir investigando, se refugió en un convento por el resto de su vida.
A partir de esa horrible noche, surgieron muchas y variadas historias, una de ellas fue la que se conto sobre el grito que se escucho por el Teatro Principal, fue un grito que pedía ayuda, cuando llegaron algunas personas para ver que sucedía, encontraron al hombre que pedía ayuda tirado en el suelo. El pobre hombre lo único que lograba decir entre sollozos era que la mano peluda lo quería matar.
Los hombres al oír esa historia pensaron que estaba bebido y soltaron la risa y siguieron su camino. Estos hombres se conto que eran asaltantes y pensaron que nunca serian descubiertos. Pero al paso de los días los encontraron muertos con una mueca que daba miedo.
Llego este suceso a oídos d un poderoso y rico habitante de Puebla, el cual quería saber que era lo que estaba sucediendo y al abrir la puerta vio como un brazo peludo se le dejaba ir al rostro, pero sin atacarlo con la fiereza acostumbrada de la mano peluda. Los dos hombres que cuidaban al rico hacendado vieron como esa mano peluda estaba cuajada de joyas preciosas y salieron corriendo al ver esa mano colgada del cuello de su amo, pero antes de llegar a la puerta la mano salto sobre ellos sacándoles los ojos, momentos que aprovecho el rico hacendado para huir, buscando refugio en la catedral.
Se llego a pensar que dicho hombre había matado a sus ayudantes, ya que lo conocían como un hombre muy malo y despiadado, pero él a todos les negaba que él había dado muerte a sus hombres que la verdad era que la mano peluda lo había hecho.
Se llego a decir, que dicho hombre vendió todas sus pertenencias y se cambio de ciudad, para así poder llevar una vida consagrada a la misericordia, y arrepintiéndose de lo malo que había sido con sus semejantes, al abusar de ellos.
Quienes conocieron a dicho personaje, cuentan que pasaron muchos años y que nunca pudo olvidar aquella horrible y espantosa noche y que incluso toda su familia revisaba a diario todos los rincones de su casa para asegurarse de que aquella horrible mano peluda, ya no volviera jamás.