Escrito XXIX
La voz de mi Padre, todo el que quiera puede escuchar, solo falta que tú quieras oírlo.
La voz de un ángel, es más que una voz, ya que solo oirás, lo que tu quieras oír.
Cada sonrisa de Dios, es un suspiro en nuestras almas, hacia el amor.
Desde que se nace hasta que se muere, el aprendizaje nunca termina, aquel que sienta que su sabiduría es única y sin competencia alguna, es debido al miedo que siente, de su gran ignorancia.
Cuantas veces has decidido guardar respeto a tu descanso o a tu silencio, cuantas veces has respetado la calma de tu alma.
Por que sonríes por la salud de tu físico exterior, cuando tu alma enferma se encuentra.
Dios Padre, tu hijo te pide calma interior, pero sobre todo te pide compañía en la soledad.
Dichosos los que entiendan.
Cada céntimo de arena, aunque para ti insignificante sea, para otras creaciones, mundo entero es.
Por más grande que tú sientas que eres, y que gracias a tu gran inteligencia todo tienes, cuidado, solo te decimos, ya que insignificante y sin valor por tu soberbia eres.
Sientes dolor en tus pies, dolor que se sube a tu rodilla y que incomoda tanto al caminar, que el muslo se contrae y en dolor agudo convierte.
Más si dejaras de pensar en ese dolor, y solo pensaras en tu alma, no existiría dolor alguno.
Lo exterior es tan débil como un papel ante un cuchillo, el interior puede ser tan fuerte, que no existiría nada que lo desgarrara.
Dichosos los que entiendan.
Mira a los ojos firmemente a aquel que te ofende, mis hermanos estarán en tu mirada, y su gran soberbia y coraje hacia tu persona, en miedo y remordimiento se volverán.
No creas en aquel que mire tu pecho y hable maravillas de ti, mejor álzale su frente, y tócale su boca para que calle aquella voz que ante ti adula, y atrás de ti despedaza.
Aquella mujer que por despecho, injurias diga sobre alguna persona, como hiena será vista, y tragada por sus propias palabras será.
No se puede llamar hombre o mujer aquel que con sus palabras dañe la reputación de una persona, y solo serán ante nosotros y ustedes dolidos envidiosos, y de lo malo que hablen, parte de sus vidas será.
Un infante es tan solo una pluma tan poderosa, que no necesita de nada para guiar y sanar.
Permitid que decida, que aprenda y que vea, pero no se les olvide que ellos son como ustedes, así que para enseñar primero corrígete.
Mírate al espejo, y habla en voz alta sobre lo que ves, y si tu necesitas cambiar, solo aprende a mirarte a fondo, y ahí descubrirás lo malo ante tus ojos internos.
Aprende a criticarte solo a ti, y aprende a ver lo bello de los demás.
Nunca niegues una bendición de quien te la otorgue, sea quien sea, y llámese como se llame, solo recíbela con alegría, y dale gracias a mi Padre por otorgártela, ya que sus palabras puestas en otra boca fueron, solo para que tu la recibieras.
Busca a mi Padre, dedícale su tiempo, bríndate a el, aléjate de todo sonido, y sin pensar en tu mente oirás la voz, y tu corazón calentará tu sangre de alegría.
Cuando aprendas a alejarte de todo sonido, así como de todo lugar, no temas si solo oyes trompetas o susurros de vientos, ya que los cantos de los grillos de tu mente, solo avisan de tu voz y oído interno.
Haz aprendido a oír más allá de lo terrenal.
Si oyes ruido en tu mente, y si tu quieres, solo ese ruido oyes, no sientas que loco estas, ya que has logrado oír y escuchar mas allá.
Alégrate de oír.
Dichosos los que entiendan.
La voz de mi Padre, todo el que quiera puede escuchar, solo falta que tú quieras oírlo.
La voz de un ángel, es más que una voz, ya que solo oirás, lo que tu quieras oír.
Dichosos los que entiendan.
El Maestro dijo a los apóstoles.
“el único tonto en el mundo, es uno mismo.”
“el cambio verdadero, solo en mi Padre y en ti se encuentra.”
“tu dolor y tu sufrimiento, me pertenecen.”
“tu amor es de mi Padre, y tu alegría, es de todos.”
Dichosos los que entiendan.
Un discípulo alzo la voz diciendo.
“Maestro, me gusta crear y me gusta tener, como compartirlo.”
Y el Maestro contestó.
“Lo que tú hagas, yo ya lo hice, y lo que tú des, hacia mi llegará.”
“Lo que no tengas, no lamentes, que si tu quisieras, cerrando los ojos lo obtendrías, y yo contigo disfrutaría.”
“si un sueño en realidad se vuelve, comparte aunque sea tu felicidad.”
No es malo soñar, pero si es malo no compartirlo.
Dichosos los que entiendan.