EL GATO NEGRO

Esta leyenda, tal vez nos dice el porqué de la superstición  a los pobres gatos negros ya que  mucha gente no los quiere, ya que según ellos decían que  siempre estaba un gato negro junto a una bruja

Esta historia se inicio en tiempo de la inquisición, ya que en ese tiempo los animales, eran perseguidos y matados por que según la gente, los animales que sacrificaban estaban vinculados con alguna maldad o brujería, y no nada más los gatos, sino los perros, sobre todo si eran negros, los gallos, los búhos, etc.

Pues bien, se conto que en ese entonces, vivió una mujer que realmente no negaba que era bruja, ya que su aspecto realmente era feo, era vieja y jorobada, con una nariz grande y encorvada y hasta picuda, su pelo era desaliñado y todo blanco, las uñas las tenía grandes y negras, en pocas palabras, la mujer a simple vista era muy desagradable y daba miedo.

Con ese aspecto y por lo que la gente contaba de ella, llego a oídos de la Santa Inquisición, y la mujer fue aprendida por varios hombres, los cuales al verla les infundió miedo y temor, pero aun así, llegaron a cumplir su misión de aprehenderla, pensando que iba a ser fácil llevarla, pero no contaban con que la mujer contaba con una gran fuerza y tuvieron que llamar a mas compañeros para que los ayudara, ya que la vieja parecía un animal salvaje, pues les lanzaba  golpes y arañazos y cuando alguno de los hombres creía tenerla entre sus manos, la bruja se les escurría, como si tuviera algo en su cuerpo, la mujer chillaba con tal fuerza que los enviados a apresarla no soportaban sus quejidos y sus chillidos.  Cuando al fin pudieron amarrarla y llevarla al calabozo, los que la detuvieron deseaban que pronto les dieran la orden de torturarla para poder vengarse de ella, ya que todos habían quedado lastimados por los arañazos y patadas que la vieja bruja les había dado.

La bruja ya en su calabozo, no dejaba de maldecir, y gritaba que a ella nadie le podía hacer nada, ya que ella era muy poderosa y tenia aliados que la protegían de todo lo malo que a ella le quisieran hacer, así que la bruja no dejaba de gritar y de seguir chillando horriblemente, y los carceleros ya no soportaban esos chillidos tan espeluznante.

Llego el día en que la bruja fue enjuiciada y sentenciada al potro, ese era uno de los castigos más horribles, ya que el prisionero que llegaba a ese tormento, quedaba casi desmembrado de brazos y piernas.

Pero para los verdugos fue el día mas espeluznante de su vida, ya que al tener a la mujer colocada en el potro para torturarla, la anciana con los ojos rojos y riendo con una carcajada diabólica, se convirtió en un gran gato negro, y escapo de la celda saltando sin dejar de reír y con los ojos lanzando fuego y saliendo de entre los barrotes.

Los verdugos recibieron esa orden felices, porque había llegado el momento de vengarse de la bruja y de lo que la gente contaba, que era una mujer mala que se comía a los niños, ya que por las noches, salía de su casa convertida en una bola de fuego y así era como escogía al niño que se iba a comer.

De la bruja, jamás se volvió a saber nada, pero desde ese momento, cuando la gente se entero que la bruja se había convertido en gato negro, fue una persecución intensa de matar a los gatos negros, ya que pensaban que cualquiera de ellos, podía ser la bruja que escapo de su condena.  De ahí la superstición de que los gatos negros siempre acompañan a las brujas y les ayudan a sus maldades.

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