NO ME ABANDONES, DIRÉ ADIÓS SONRIENDO
NO ME ABANDONES“Qué me queda, recordar que fuiste mía, Qué te queda, abandonar nuestra nave para surcar tus nuevos ríos”
No me abandones, no tú, que lo haga el tiempo, él que me dejó amarte en complicidad con mi torpeza.Fuiste mi consejera, mi amiga, mi compañera, mi amante. No me abandones, no sepultes tus recuerdos.Que sea el estiaje el que enrede tus pasos a mi paso.Nos amamos en tu primavera dándolo tu todo por mi nada.Yo te amé en mis inviernos tibios, dándote lo poco que aún poseía y lo mucho que aún poseía mi alma.No me abandones, no tú.Que me abandone el aliento, la vida misma.Si en tu regazo queda un espacio, no lo ocupes, deja que mis horas últimas te alaben en silencio.Que nadie escuche la oración postrera a tus enmiendas, a esos errores de amarme en tus soles, en tus flores, en tu deseo metafórico. Fuimos dos amantes en desigualdad de circunstancias, tú galopante en busca del pecado, y yo devoto a la antigüedad existente en la prosapia de mi tiempo.No me abandones, mi suplica tiene sus razones en la razón misma de la miseria en la que vivo; Complacencia al cuerpo sobre el cuerpo mismo. No me abandones en estos mis últimos momentos.No me abandones, ya lo hizo la fuerza de mis pasos, ya lo hizo la certeza de mis palabras, ya lo hizo el enervante calor de mi cuerpo.No, tú. No, ahorita. No, por favor.
DIRÉ ADIÓS SONRIENDO
“La tierra que me viste y las flores que sirven de atuendo a la alforja que llevará mi tumba, serán mis únicos tesoros.” S. David.
En dónde presentarme sin ser como siempre he sido, que la gente no dude de mis palabras como hasta ahora por la hipocresía que cargan mis espaldas.En dónde estaré libre de querellas, elogios o simples batalla que al ganarlas he perdido por ellas…Mujeres que desfilan ante mis ojos como estatuas en carruajes de exposición carnavalesca. Risas que se contagian al paso de la muchedumbre que rezando van tras mi sepulcro. Burla y tristeza al unísono.Máscaras que pelean por estar en el cuadro principal de mi comedia.He llorado desde el inicio de mi declive, y este llanto que me envuelve por dentro y por fuera, como un símbolo de mi existencia, hace más aterrador el final de mis pasos, cansados pasos que se dan, que tropiezan y lastiman haciendo añicos las coyunturas, las comisuras de todo el cuerpo. Parece que la gente eso desea, ver el momento de mi derrota, será que hasta ahora se den cuenta de la falacia que envuelve mi rostro, y que mi vejez saque a relucir la escoria en la que he vivido..-Para qué recordar todo esoMis últimas palabras serán escritas, la pronunciación se atrofia, es falsa declinando hacia favores que se piden a la hora final. No quiero compasión, menester de quien se queda, humillación de quien se va..-Pero si duele, para qué decirlo.Ahogaré mi llanto en los perfumes vanos de las musas, tomaré los últimos licores de la cosecha, sembradíos que se quemarán en mi partida.Diré adiós sonriendo.-No te vayas, aún no es tu tiempo.Tal vez la melancolía de tantas cosas, hacen premeditar tu muerte. No mezcles los recuerdos. El ayer sigue vigente en tu respiración.“Está dicho, diré adiós sonriendo”