INVASIÓN EXTRATERRESTRE
Hace más de 80 años, Orson Welles, marcó un hito en la historia de la radio con su versión radiofónica de La guerra de los mundos.
En la década de 1930, la radio era el número uno de los medios de comunicación en el mundo. En Estados Unidos, particularmente el presidente Franklin D Roosevelt, trasmitía en vivo sus mensajes a la nación y la gene se enteraba rápidamente de las noticias nacionales e internacionales.
En ese tiempo se comprobó y demostró que la radio tenía un gran poderío y demostró también que era capaz de influir de manera negativa en la percepción social desde la comodidad de una cabina.
El 30 de octubre de 1938, en la noche, los estadounidenses sintonizaron la radio CBS (The Columbia Broadcastin System), y escucharon una noticia que los dejos paralizados de miedo, INVASORES PROVENIENTES DE EL PLANETA MARTE, habían tomado Estados Unidos y estaban acabando con todo lo que se interponía en su paso.
Al día siguiente la periodista Dorothy Thompson, relató en el periódico New York Tribune como, después de enterarse
de la “Invasión”, muchas personas en Nueva Jersey, aterrorizadas, salieron de
sus casas con toallas húmedas en la cabeza para protegerse de los gases
venenosos de los marcianos, mientras otras corrieron a las estaciones de tren y
autobuses para tratar de escapar a lo que suponían era el fin del mundo.
En distintos puntos del país hubo escenas similares, se estima que casi un millón de personas cayeron presas del pánico, y todo debido a una adaptación de la novela LA GUERRA DE LOS MUNDOS, escrita 40 años atrás por el británico H.G. Wells (1866-1946), la cual fue narrada a manera de boletines urgentes intercalados durante la transmisión de un programa musical.
El responsable de este recurso narrativo fue un joven de 23 años llamado Orson Welles 1915-1985), quien desde 1937 ya había adaptado para la CBS 13 obras literarias como director de The Mercury Theatre on the Air, en su programa dominical transmito de ocho a nueve de la noche, pero sin lograr el rating esperado entre la audiencia.
El realismo que Orson Welles dio a la famosa emisión de la radio provocó que el público estadounidense entrara en pánico.
La crónica dada por Wells sobre la invasión fue: Tras haber transcurrido unos minutos de música, fue interrumpida abruptamente. “Damas y caballeros, interrumpimos nuestro programa de música para bailar a fin de transmitir un boletín especial. 20 minutos después de las ocho de la mañana tiempo del centro, el profesor Farell, el observatorio Mount Jennings de Chicago, informó sobre el avistamiento de varias explosiones en el planeta Marte, las cuales ocurrieron en intervalos regulares”
Así continuó la trasmisión, pero interrumpiendo para enviar otros mensajes urgentes referentes al planeta Marte, llego el momento en que el reportero Carl Phillips, en voz del actor Frank Readick, informó en directo sobre la caída de un meteorito en una granja de Grover´s Mill, en Nueva Jersey, el cual supuestamente había matado a 1,500 civiles.
Mucha gente en ese momento había cambiado su radio, sintonizando la estación de la CBS y se concentraron en la supuesta noticia. Y así después de oír música volvían a interrumpir para seguir enviando flashazos de lo que estaba ocurriendo, llegando a decir que todo lo que estaba sucediendo era porque había llegado una nave espacial, con criaturas extraterrestres, inclusive definiendo como eran esas criaturas, como estas palabras.
“¡Santo cielo!, hay algo que está saliendo de las naves y se arrastran de las sombras, avanzan hacia nosotros como serpientes grisáceas ¡ahora aparece otro y oro y otro más y otro., entonces se cortaba la trasmisión y entraba la música, para luego enviar otro boletín y decir que se confirmaba que otros cilindros espaciales habían aterrizado en diferentes puntos del país.
El programa terminó con los gritos de un hombre que aseguraba que Manhattan estaba siendo invadida.
Al siguiente día los periódicos dieron cuenta del impacto que provocó aquella transmisión entre la gene que no había escuchado la instrucción del programa, ni las advertencias que se dieron durante el mismo cada 15 minutos. Recordándoles al auditorio que lo que iban a escuchar era una dramatización. Pero las reacciones fueron en el público fueron plasmadas en los diarios.
Decenas de radio escuchas, necesitaron tratamiento médico, los servicios religiosos fueron interrumpidos, miles de personas llamaron a la policía, a los periódicos y a las estaciones de radio para preguntar qué medidas de seguridad debían tomar para protegerse de los marcianos. Enfermeras ofrecieron sus servicios para auxiliar a los heridos. También quedo registrado que miles de soldados de la guardia nacional comenzaron a movilizarse en Nueva Jersey para enfrentar a los marcianos, quienes supuestamente estaban aniquilando a la población, armados con “rayos mortíferos”
De esta manera, el episodio no solo catapultó a la fama al multifacético Orson Welles, quien en poco tiempo se convirtió en uno de los cineastas más destacados del mundo.
También demostró el poder de los medios de comunicación; la gente se dio cuenta por primera vez de que podía ser engañada fácilmente, sobre todo cundo no se tiene otra fuente para verificar la información.
OTRAS INVASIONES.
Estados Unidos, no fue el único país donde La guerra de los mundos aterrorizó a la población. En 1944, en Chile se llevó a cabo una adaptación similar a la Orson Welles, la cual provocó intentos de suicidio entre el público. Pero las reacciones fueron insignificantes comparadas con las que se registraron la noche del 12 de febrero de 1949 en Ecuador. Emulando a Welles, radio Quito preparó una versión donde se imitaban a la perfección las voces de algunas figuras públicas famosas. “Tuvo expresiones y efectos tan patéticos que centenares, miles de personas, quizá familias enteras que escuchaban la siniestra transmisión creyeron que llegaba una hecatombe y salieron amedrentadas y confusas a las calles. Unas en plan de huir, otras en pleno desconcierto y ofuscación”
Sin embargo, las reacciones no terminaron ahí, cuando se dieron cuenta de que todo había sido una dramatización, una multitud de presentó enardecida en el edificio “El Comercio”, donde se encontraban las oficinas de la estación y provocó un gran incendio que pudo ser apagado hasta la madrugada.
De acuerdo con el periódico chileno La Nación, el resultado fueron seis muertos y el cierre de la radiodifusora durante dos años aproximadamente.
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