En aquella casa de 2 pisos, en la cual vivían, una niña de 3 años junto con sus papás, niña la cual afirmaba que hablaba con un señor el cual decía que se llamaba Jesús, señor el cual la hacía reír, y le contaba sucesos pasados y que pasarían.

Los papás con miedo a lo que sucedía con temor y locura de su hija, tomaron la decisión de avisar a un sacerdote sobre lo sucedido con su hija.

Al llegar a aquella iglesia para hablar con el sacerdote, notaron un poco de despotismo e incredulidad de los que ayudaban en aquel templo y que les decían que regresaran al otro día debido a que el padre muy ocupado estaba.

Al día siguiente, los papás, regresaron a la iglesia, acompañados de aquella niña que feliz estaba.

Al estar frente al sacerdote los papás platicaron lo sucedido con su hija, y el padre les dijo sonriendo:

¨que bella, historia de fantasía, cuenta su hija ¨

El papá al oír lo que el padre dijo, le contestó:

¨ Mire padre, si fuera fantasía, como explica, que hable de cosas que sucedieron ¨

Y el padre dijo:

¨ Los niños son fantasiosos, les recomiendo, llevarla a un psicólogo y si eso no da resultado, la traen de nueva cuenta para hacerle un análisis religioso. ¨   

¨ Mire Dios está en este templo, y aconsejaría acercarse a Dios con fe no con fantasías, y sobre todo no hagan caso, ya que en vez de hacer un bien, provocarán una locura infinita. ¨

El sacerdote acercó a la niña y le preguntó:

¨ A ver hija, donde está ese señor Dios. ¨

La niña dijo:

¨ Frente a usted padre. ¨

El padre afirmó:

¨ A ver dile que si esta aquí, por que no lo veo. ¨

Moviendo su rostro con sonrisa la niña, contestó:

¨ Dice que si tuviera fe, lo vería. ¨

El padre continuó:

¨ Dile que te hable en latín o en arameo. ¨

La niña callada se quedaba.

El padre habló:

¨ A ver hija dile que me diga que digo. ¨

 Y el sacerdote al terminar de decir eso, comenzó a hablar en latín.

¨ La niña sonriendo, sin decir nada quedo. ¨

El padre levantó y dijo a los padres:

¨ Ya ven señores, no es nada más que una fantasía infantil. ¨

¨ Retírense a su hogar y no hagan más caso de esto. ¨

El sacerdote amablemente, acompañó a aquella familia con la niña, hasta la puerta de la iglesia, y dando bendiciones, dio la vuelta rumbo a sus aposentos.

Al momento, de entrar a su cuarto el sacerdote encontró recostado a un hombre en su cama.

El sacerdote le dijo:

¨ Que hace usted aquí, insolente aprovechado. ¨

El hombre respondió:

¨ Estoy en mi casa. ¨

El sacerdote habló:

¨ Retírese de la casa de Dios, hombre sin escrúpulos o hablaré a la policía. ¨

El hombre dijo:

¨ Me corres de mi hogar. ¨

El hombre sonriendo, levantó de la cama aquella y comenzó a hablar en una lengua muy rara.

 El sacerdote con asombro, le dijo:

¨ habla bien que no te entiendo. ¨

Y el hombre le contestó:

¨ Tú le pediste a mi niña, que te hablara en latín o arameo, y yo te hablo en la primera lengua y no entiendes. ¨

¨ Para creerles a tus fieles, pides fe, y ahora que estoy frente a ti me niegas. ¨

¨ Buen orador de mi palabra eres, sin tener una semilla de fe. ¨

¨ Como enseñar fe, sin tenerla, y como afirmas ser hombre de Dios sin fe. ¨

El sacerdote con enojo contestó:

¨ Blasfemo, Retírese, usted no es mas que un loco uno de esos mecías insensatos. ¨

El hombre con sonrisa en su rostro, caminando fuera de aquella habitación, dijo:

¨ le recomiendo ir a ver a un psicólogo por su estrés y negación, y si eso no funciona acérquese a los que son igual que usted, y si no ve ningún resultado, espere, con sonrisa hasta que veas tu error. ¨

Dichosos los que entiendan.

Enseña lo que realmente creas, y no señales como loco a aquel que ha visto y hablado con mi Padre.

La fe no es para uno, igual que las palabras.

Dichosos los que entiendan.  

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