QUISE SER DIOS – CUANDO.

QUISE SER DIOS…
Quise ser Dios por dos días, atar los hilos sueltos, enderezar chuecos, levantar lisiados y convertir el llanto en alegría.Quise ser DIOS por dos días; hacer que cumplan los Diez Mandamientos aunque sea el 35 % de la humanidad.Quise ser DIOS por dos días; proclamar con el ejemplo el amarse los unos con los otros. Que no haya tanto desamparo.La primera de las noches fue de un eterno concilio con las cosas que estaban mal, según al parecer de mi hijo.Dos días serían suficientes, porque por algo soy DIOS.Quise ser DIOS para llevar de la mano al violador y al violado, darse la paz y cambiar los papeles. Al usurero le convertiría su moneda en estiércol de vaca, al encumbrado lo bajaría del pedestal para que lo juzguen en la sima.
Quise ser DIOS para darle poder a la gente y que se haga justicia por su propia mano. Darle al mudo el habla para que se haga notar desde lejos.
La segunda de las noches la pase llorando, porque no pude cumplir lo cometido, no pude reconciliar mis pensamientos con mis acciones. No pude por más esfuerzos propios y ajenos hacer valer mi palabra y mis promesas. Lloré porque a pesar de ser DIOS no pude.Pobre de la humanidad, pues ni el DIOS bondadoso, ni el DIOS accionario puede, aunque lo intente, cambiar el llanto en alegría.


CUANDO….
Cuando me veas triste, no me preguntes por qué, tal vez lo recuerde y empiece a llorar. Cuando me veas alegre, no me digas: “qué milagro”, un milagro no acostumbra llegar solo y así lo interrumpes.Cuando este descansando, no interrumpas mi estado, también los genios descansan para seguir pensando aunque sea lo único que hagan. Cuando me des un abrazo hazlo con sinceridad, porque mi cuerpo lo siente y desmiente o acierta tu actitud. Cuando me veas no esquives mi camino, aunque me debas algo, tal vez sea la última vez que me veas. Cuando sientas que lo merezco dámelo, cuando sientas que no lo merezco, dilo para hacer méritos. Cuando leas esto pide mi gratitud por tu tiempo, por tu comprensión, yo con gusto te daré las gracias. Cuando veas que mi cadáver no se parece a mí, no lo menciones, Dios sabe que hice lo posible por ser siempre igual. Cuando me despidas y veas que me voy, no hables ni bien ni mal de mí, pues esas palabras ya no harán mella en mi espíritu. Por ahora acompaña mi tristeza goza mi alegría solapa mi descanso dame un abrazo tiende a observarme dame o quítame según tu parecer, así,  sin tregua o comas para ser una armonía verbal. Al final si quieres exigirme hazlo, para eso estoy yo aquí. No es pleonasmo es categórico. Ya llegará el día en que muera, y espero que sea a tiempo. Para entonces,  no me niegues la vista, y así, sin palabras, déjame partir.

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