De acuerdo a lo informado por el gobierno federal, el INSABI es un organismo público descentralizado de la administración pública federal con personalidad jurídica y patrimonio propio, sectorizado a la Secretaría de Salud.

La Dirección de Administración del INSABI corresponderá a una junta de gobierno presidida por el secretario de Salud y por un director general, además de contar con cuatro coordinaciones.

El Instituto de Salud para el Bienestar tiene por objeto garantizar la prestación gratuita de servicios de salud, medicamentos y demás insumos asociados a las personas sin seguridad social con acciones orientadas a lograr una adecuada integración y articulación de las instituciones públicas del Sistema Nacional de Salud.

El Instituto de Salud para el Bienestar observa cuatro pilares:

Abasto y distribución de medicamentos, material de curación y equipos médicos, ese es el primero.

El segundo pilar es que no falten médicos, que no falten enfermeras, que no falten especialistas en los establecimientos de salud que atienden a 69 millones de personas.

El tercer pilar es la construcción, mantenimiento de los establecimientos de salud que involucra el rescate de 307 inmuebles abandonados por anteriores administraciones, y la basificación de más 87 mil 300 trabajadores que hoy están por contrato y por honorarios.

Hasta el momento, Tabasco, Yucatán, Ciudad de México, Baja California, Oaxaca, Sonora, Puebla, Chiapas, Veracruz, Colima, Hidalgo, Quintana Roo y San Luis Potosí ya habían refrendado su compromiso de firmar los acuerdos de coordinación y aceptar el INSABI, sin embargo, existen mas estados que aun consideran dicho proyecto retrograda y un fracaso seguro.

EL CAOS

La implementación del INSABI ha generado CAOS, ha fallado con la atención de las personas, y sobre todo, no ha cumplido en un 60% en el abasto de medicinas, y aunque para el gobierno federal, todo son ataques infundados y mentiras, lo cierto es que el caos provocado por un proyecto más planeado está empezando a ser reflejo del malestar social.

Lo interesante, es que mientras el presidente da cifras y logros ficticios en el tema del INSABI, lo cierto, es que la realidad que se vive es otra, amen de que varios de sus funcionarios tanto federales como afines estatales, lo han desmentido, o en su defecto, realizan lo opuesto a lo que en teoría, se señala es la función principal del INSABI.

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