Escrito XLIII
Con fe todo se otorga, y esa fe solo tú la tienes.
Levántate cada mañana dándole los buenos días a Dios o al Ángel Supremo, y verás, que con la alegría que despiertas, será la alegría con la que te duermas.
Con fe todo se otorga, y esa fe solo tú la tienes.
Levántate cada mañana dándole los buenos días a Dios o al Ángel Supremo, y verás, que con la alegría que despiertas, será la alegría con la que te duermas.