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Dos hechos lamentables sucedieron esta semana, y no hablo de las terribles noticas de las emboscadas a policías en Michoacán y Guerrero, sino de la Ley Bonilla y la Revocación de Mandato.

En Baja California, tras la consulta popular o supuesta consulta popular donde se instalaron 250 casillas y en algunas no votaron ni veinte personas, demostrando la poca participación y el desinterés general, ya que las pocas personas que participaron, de las cuales según Mitovsky fue el 71 por ciento a favor de la ampliación del periodo de gobierno, es decir sólo unos cuantos en todo el estado quieren que se amplíe el gobierno de Bonilla de 2 a 5 años, y aún así hicieron la modificación de la Ley, en este caso el artículo transitorio octavo que establece el tiempo del periodo de gobierno.

El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación únicamente se lavó las manos al señalar que las impugnaciones son en materia electoral y la consulta popular no entra en ese ámbito, sólo en el legislativo, es decir que sólo porque el ejecutivo y el legislativo local son del mismo partido impondrán las condiciones que quieran, brincando el Estado de Derecho con una consulta disfrazada que sólo es la muestra de lo que harán a nivel federal.

Lamentablemente tenemos un serio antecedente con la modificación de la Constitución del Estado de Tabasco siendo gobernador en ese momento Roberto Madrazo que con la mayoría legislativa a  las seis de la mañana del 30 de diciembre del año 2000 y sin discusión, el Congreso del estado aprobó en 15 minutos la “reforma” al artículo 47 de la Constitución de Tabasco, con la cual amplió hasta 18 meses un interinato y permitió al PRI imponer a un mandatario interino con el voto de la mayoría simple de los diputados presentes en la sesión de Colegio Electoral y aunque en su momento fue calificado de Golpe de Estado por los partidos PRD y PAN, no sucedió nada más.

De ahí toma relevancia la aprobación de la Revocación de Mandato que se hizo y que va enfocado de la misma manera a que se realice una consulta popular con la cual, aunque solo sea un votante y sea a favor, dirán que es suficiente para que AMLO o cualquier dirigente se quede al mando indefinidamente con todo el poder que esto representa, es decir una dictadura disfrazada de democracia con antecedentes vistos en Venezuela, (aunque algunos lo nieguen) y con trazas de acabar con los contrarios (si no estás a mi favor estás en mi contra), y un autoritarismo incapaz de reconocer una oposición (sólo yo tengo la razón, si no eres un traidor a la patria); sentando las bases para una catástrofe, de la cual realmente espero de corazón me equivoque.Pero esto es solo una humilde opinión, tú como siempre querido lector, tienes la última palabra.

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