La reconocida actriz, dramaturga y productora de cine Sandra Burgos participa en el capítulo “No hay viento para quien no tiene puerto” de “Como dice el dicho” que se transmitirá este miércoles 14 de septiembre.

En dicho episodio, da vida a Clarisa y comparte créditos con Carlos Meza, Abraham Ramos, Arantza Descalzo, Jonathan Ortega, Olinka Velázquez, Diego de Tovar y Álvaro Sagone.

Platicamos con Sandra Burgos, gracias a las finas atenciones de las licenciadas Paola García y Gaby Espinoza, de Televisa.

MD’B: Ahora participas en un capítulo de “Como dice el dicho”.

SB: Me gusta mucho “Como dice el dicho” porque es un programa que sé que tiene muy buen rating y que con la gente tiene mucha respuesta porque todas las historias que tratan tienen muy buen mensaje.

MD’B: ¿Por qué el público tiene que ver este tipo de programas? Tanto el público televidente como el público intelectual que muchas veces sin verlos los critican.

SB: Yo creo que muchas veces al público que es intelectual le parece una tontería que los temas importantes de la vida se bajen a un nivel en que cualquier persona lo pueda entender, pero yo creo que es muy importante que cualquier persona pueda comprender las cosas porque de ahí parte a una toma de conciencia. Entonces de qué sirve hablar con palabras muy shakesperianas o muy intelectuales si nadie va a entender nada; lo importante es que la gente se pueda comunicar, pueda entender lo que está viendo lo que está pasando y entonces pueda hacer una toma de conciencia. Todo mundo debería de ver este tipo de programas porque siempre tienen un mensaje positivo que puede ayudar, pero por supuesto que los jóvenes con mayor razón deberían verlo porque de repente hay temas que a lo mejor no se atreven a compartir con sus papás o preguntarle a alguien que tenga más experiencia. Así como menciono a los jóvenes, puede pasar con cualquier persona porque no tenemos que saber de todas las materias; puede haber alguien muy inteligente en una materia y en otra esté perdido y diga “ah, sí es cierto, a mí me está pasando esto y puedo resolverlo así”, totalmente.

MD’B: En este capítulo que te toca participar tratan un tema muy difícil porque viene desde las adicciones de los papás y que influye completamente en el hijo que quiere ser músico.

SB: Totalmente. A mí lo que me gustó mucho de este capítulo es que justamente casi siempre se ven temas donde los jóvenes son tentados con las adicciones, que si los dulces, que si el bar, que si afuera de la escuela y los padres están sufriendo por sacarlos de ahí y este le dio la vuelta de puerta totalmente y es el hijo tratando de sacar a los padres de las adicciones. Entonces me parece muy interesante porque también es real, también esas cosas suceden en la vida real y debe ser muy desesperante y muy frustrante para un joven de 17 años estar lidiando con sus papás como si él fuera el adulto.

MD’B: ¿Qué le aprendes a Clarisa, tu personaje?

SB: (ríe) En realidad nunca la tuvo porque la obligaron un poco, pero digamos que tuvo la fuerza de voluntad o la fuerza suficiente para ir a un lugar a pedir ayuda porque se dio cuenta que no podía salir por sus propios medios y por ella misma, por más que dice “sí lo voy a hacer”; al principio dice “no, no puedo, no lo voy a dejar”, luego le jura al hijo y al marido que lo va hacer por tantos desastres que está haciendo en la vida, pero en realidad no puede. Entonces tiene la suficiente humildad y fuerza para pedir ayuda e intentarlo a través de uno de estos lugares en donde ayudan a desintoxicarse.

MD’B: ¿Qué cosas de Clarisa tienes y qué cosas de Clarisa no tienes?

SB: Definitivamente las adicciones no (ríe). Creo que siempre hay esta inquietud en los seres humanos. Los seres humanos somos muy complejos. Clarisa aunque es una mujer de clase media, normal, no es como que diga “ay, me falta todo en la vida”, sin embargo siente un profundo vacío que dice “es que mi vida no se trata de nada, mi vida como que no es mía; a lo mejor me he dedicado a ser mamá o esposa  o trabajadora en una oficina que me da lo mismo, pero siento un vacío” y por eso empieza a engancharse con las drogas, evidentemente. Entonces esa parte donde siempre hay cierta insatisfacción, cierto vacío en el corazón de uno que no acaba de entender ni siquiera por qué es en donde me identifico con Clarisa.

MD’B: ¿Cuál es la mayor debilidad para tu punto de vista de Clarisa?

SB: Querer entender a nivel sensorial cómo se siente o por qué estados pasa una persona que consume cocaína, porque como nunca la he consumido y menos la he combinado con alcohol, me parece muy lejano a poder entenderlo. Luego uno imagina que “ay, las cosas se han de sentir así”, pero cuando en realidad te pasa te das cuenta que no tiene nada que ver (ríe) cómo pensabas que se sentía. El mayor desafío fue el leer mucho, el investigar mucho en google, ver videos, ver cosas, ver entrevistas con gente que ha salido de las adicciones, etcétera, y tratar de entenderlo no a nivel racional, sino a nivel sensorial, porque el actor necesita sentir eso para poderlo transmitir, no entenderlo, sentirlo.

MD’B: ¿Qué les puedes decir a los padres de familia que pasan y que han pasado lo de Clarisa y todos los personajes de este capítulo?

SB: Que no sean los adolescentes de su casa, que ya pasaron ellos todo ese período, que ya decidieron ellos tener hijos y eso influye un poco en la madurez, aun cuando de repente hay gente que no ha de tener tanto de su voluntad en madurar, pero los hijos no tienen la responsabilidad de cuidarlos a ellos.

MD’B: Además de este capítulo de “Como dice el dicho” en el que participas, ¿qué estás haciendo?

SB: Filmamos en noviembre del año pasado una película que yo escribí con mi socia y ahorita estamos en la etapa de posproducción de la misma. Estoy buscando el dinero para poderla post-producir porque se quedó en su último corte de edición, digamos el corte de la directora, ya es así como queremos que sea la historia, el último corte de imagen, pero no tenemos el recurso para poder hacer la corrección de color, la de sonido, la música original y esas cosas que se hacen en postproducción; entonces estamos en búsqueda de eso, de patrocinios o de dinero de riesgo que quieran para la película. Además estoy empezando a levantar “Archipiélago” que fue la obra con la que gané el Premio Bellas Artes de Dramaturgia Luisa Josefina Hernández y la quiero montar en teatro con una serie de amigas a la que se las propuse.

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