Una de las actitudes del presidente López Obrador durante sus campaña presidencial, que atrajo a sus seguidores y rechazó a los detractores, fue la de hacer sus “chistoretes” y utilizar frases como el famoso “me canso ganso”, pero mientras fue campaña, pues causó risa a algunos, pero que un presidente en funciones siga utilizando sus viejos chistes o pretenda hacerse el gracioso, ha causado más molestia a nivel nacional y ha sido peripatético a nivel internacional, sin embargo así pretende ser recordado y no por realizar un plan serio y responsable.

Pero resulta peor aún que López Obrador que sus subordinados pretendan seguir esa línea ridícula de chistoretes y encontramos entonces personajes en funciones que no pueden ser más que denostados por sus falsos intentos de entrar en gracia principalmente cuando se atraviesa un serio problema o una crisis, como hemos visto con algunos gobernadores y funcionarios, y en este caso con el Secretario de Salud, Hugo López Gatell el cual hizo una pronunciación muy desafortunada en la mañanera de hoy, al señalar que la fuerza del presidente López Obrador “es moral, no de contagio”, esto al referirse con respecto a porque no se han cancelado las giras del presidente en fines de semana dentro del país, en plena contingencia por el corona virus, COVID 19.

Esto ofendió a más de uno, debido a que en nuestro país no se han tomado las medidas necesarias para evitar el contagio, como la de permitir eventos masivos como el “VIVA LATINO”, o su propia gira por los estados, la cual implica que sus seguidores se reúnan exponiendo a la población a un contagio masivo.

Por esta misma razón los senadores del partido Movimiento Ciudadano, solicitaron hoy la renuncia del secretario de salud, no solo por el “chistorete del día” sino por la falta de seriedad ante una pandemia mundial, donde parece increíble que muchos países del mundo han cerrado sus fronteras para no sufrir un contagio y mortandad como ha ocurrido en China o Italia, y nuestro gobierno siga actuando como que no ocurre nada.

Esta situación se debería tomar como una acción intencionada para propagar el contagio de la enfermedad en México y acusar ante la corte internacional tanto al secretario de salud como a su jefe directo y responsable el presidente López Obrador como un crimen de genocidio y lesa humanidad, porque ahora tal vez no se vea demasiados casos en nuestro país (eso si no los están escondiendo), pero si prolifera el contagio debido a la falta de acciones inmediatas de parte de nuestro gobierno, solo se les podría culpar a ellos.

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