AUMENTAN LOS NIVELES DE POBREZA EN AMÉRICA LATINA
Debido al impacto de conflictos comerciales prolongados, la economía mundial ha experimentado su crecimiento más bajo en una década, solamente un 2,3 % en 2019, según se desprende de los datos presentados este jueves en Nueva York durante el lanzamiento del informe Situación y Perspectivas de la Economía Mundial 2020.
Pero no todo son malas noticias. El estudio elaborado por el Departamento de Asuntos Económicos de la ONU (DESA) apunta a la posibilidad de que se llegue a producir un crecimiento económico del 2,5% durante este año, aunque destaca que una serie de elementos, como la reactivación de las tensiones comerciales, la inestabilidad financiera o la intensificación de las tensiones geopolíticas, podrían frustrar dicha recuperación.
En caso de producirse un escenario negativo, se estima que el crecimiento global se ralentizaría a un 1,8%.
“Una fragilidad prolongada de la actividad económica mundial puede provocar importantes retrocesos para el desarrollo sostenible, incluidos los objetivos de erradicación de la pobreza y creación de empleos dignos para todos. Además, las desigualdades predominantes y el agravamiento de la crisis climática están alimentando el creciente descontento en numerosas partes del mundo.”
Esta insatisfacción popular también la percibe el Secretario General de las Naciones Unidas, quien advirtió que “estos riesgos podrían infligir daños graves y duraderos a las perspectivas de desarrollo”, y añadió que “amenazan con fomentar una mayor preponderancia de las políticas orientadas hacia adentro en un momento en el que la cooperación global resulta fundamental”.
Por otro lado, el estudio indica que el aumento de los aranceles y los rápidos cambios en las políticas comerciales frenaron el crecimiento del comercio mundial a 0,3% -su nivel más bajo desde 2009- y que las inversiones se redujeron significativamente.
En lo que respecta a la renta per cápita, prevé que la economía mundial crezca un 1,5% en 2020 y, aunque se proyecta una modesta aceleración del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en muchas regiones en desarrollo, los ingresos per cápita se estancarían o disminuirían en uno de cada cinco países.
En América Latina y el Caribe las previsiones de crecimiento económico tampoco son demasiado optimistas y “se mantienen débiles” a causa de “unas difíciles condiciones externas y una gran incertidumbre política”.
De este modo, se prevé una recuperación “lenta y desigual” durante los próximos dos años, tras un crecimiento del 0,1% en 2019. El avance podría aumentar hasta un 1,3% en 2020 y un 2% en 2021.
“La actividad económica se verá respaldada por una política monetaria expansiva y un repunte en la demanda interna en Brasil y México. Pero incluso esta modesta recuperación estaría sujeta a importantes riesgos, como un mayor deterioro del comercio mundial, una renovada volatilidad financiera y una mayor incertidumbre política”.
El estudio indica que durante 2019 la renta per cápita se estancó o descendió en muchas de las economías de la región, incluidas las de Argentina, Brasil y México, y que el PIB promedio per cápita actual es un 4 % inferior al de 2014.
“Entre una renta promedio inferior y una desigualdad persistentemente elevada, los niveles de pobreza han aumentado”, destaca el informe.
Las perspectivas iniciales para este año en América del Sur prevén un tercer año de recesión, “aunque a un ritmo menor que en 2019”, mientras que en América Central y México se espera “una lenta recuperación de la actividad económica, después de que el crecimiento ha alcanzado su punto más bajo en los últimos diez años en 2019”.